¿Por qué la tristeza es necesaria?

Una mirada desde la película Intensamente

EMOCIONES

Psicóloga Tania Ramírez Rivera

6/18/20252 min read

En la primer clase del Curso sobre Empathic Confrontation Strategies de Wendy Behary leímos algo que me pareció muy valioso y les quiero compartir:

Cuando hablamos de emociones, solemos clasificarlas como “buenas” o “malas”. Alegría, entusiasmo y amor se celebran. En cambio, la tristeza suele incomodar. Nos urge que pase, que no se note, que desaparezca. Pero, ¿y si la tristeza no fuera una enemiga a vencer, sino una aliada para sanar?

La película Intensamente (Inside Out, de Pixar) nos ofrece una ventana poderosa para comprender cómo funcionan nuestras emociones y, especialmente, por qué necesitamos la tristeza.

Durante la mayor parte de la película, Alegría intenta mantener a Riley —la protagonista— feliz a toda costa. Pero con el tiempo, descubre que la tristeza tiene un papel crucial: permitirle a Riley sentirse comprendida, expresar su dolor y conectar con los demás. La tristeza, lejos de ser un estorbo, es la emoción que abre la puerta al consuelo, a la empatía y al inicio de la recuperación emocional.

Una de las escenas más emotivas de la película lo representa perfectamente: el personaje Bing Bong pierde su carrito cohete, símbolo de su vínculo con Riley. Alegría trata de animarlo sin éxito. Solo cuando Tristeza se sienta a su lado, valida su dolor y simplemente está con él, Bing Bong se siente mejor.

“Our richest experiences occur when we embrace emotional complexity and cultivate empathy.” (Jessica Weaver, Empathy is at the Heart of the Matter in Inside Out, 2015)

La riqueza emocional no surge del intento de borrar lo que sentimos, sino de aprender a acompañarlo. La empatía —con uno mismo y con los demás— es el corazón de este proceso.

¿Cuál es el papel de la tristeza en nuestra salud emocional?

  • Nos invita a pausar y reflexionar sobre lo que estamos perdiendo.

  • Nos permite pedir ayuda y recibir apoyo.

  • Nos conecta con los otros desde un lugar genuino.

  • Nos recuerda que no todo se resuelve “pensando positivo”, sino dándonos permiso de sentir.

“Imagine those voices as distinct characters juggling for command of an emotional control board that regulates the way you engage with the world.”
(Jessica Weaver, 2015)

Así como Riley no podía adaptarse a su nueva vida sin antes sentir tristeza, nosotros tampoco podemos avanzar sin permitirnos sentir lo que duele. Aceptar la tristeza no es rendirse; es abrir la puerta a la autenticidad, a la comprensión profunda de lo que estamos viviendo y, muchas veces, al primer paso para sanar.

Como terapeutas, sabemos que muchas personas inician un proceso buscando “quitarse” emociones incómodas. Sin embargo, lo más sanador no es eliminarlas, sino entenderlas, acompañarlas y escucharlas.

¿Y si dejamos de luchar contra la tristeza y empezamos a preguntarle qué nos quiere decir?